Por segundo año consecutivo, más niños dejaron de vacunarse contra sarampión, tétanos y otras enfermedades
Nueva York — Las tasas de vacunación entre los niños de kínder en Estados Unidos cayeron nuevamente el año pasado.
Por lo general, entre el 94% y el 95% de los niños de kínder están vacunados contra sarampión, tétanos y algunas otras enfermedades. Las tasas de vacunación cayeron por debajo del 94% en el ciclo escolar 2020-2021, durante el primer año de la pandemia de covid-19.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) difundieron un estudio el jueves que revela que las tasas cayeron nuevamente, a cerca del 93%, durante el ciclo escolar 2021-2022.
La pandemia afectó las vacunaciones y otros cuidados de salud rutinarios para los niños, y también obstaculizó la capacidad de administradores escolares y enfermeros de llevar un registro de qué niños no estaban al día con sus vacunas. Funcionarios de los CDC señalaron que un aumento en la desconfianza en las vacunas posiblemente haya sido otro factor.
“Creo que es una combinación de todas esas cosas”, dijo la doctora Georgina Peacock, directora de la división de inmunización de los CDC.
Las autoridades de salud se enfocan en los niños que cursan el kínder, porque es cuando la mayoría de ellos ingresan en los sistemas escolares. Las escuelas públicas suelen requerir vacunaciones como condición de admisión, aunque se permiten ciertas excepciones.
Durante el ciclo escolar más reciente hubo un ligero aumento de dichas excepciones, pero Shannon Stokley, de los CDC, señaló que no fueron el factor principal en el declive. En su lugar, más escuelas relajaron sus políticas de admisión y otorgaron a las familias un periodo de gracia para la vacunación, afirmó.
Las nuevas cifras dejan entrever que hasta 275,000 niños en edad de kínder carecen de un esquema completo de vacunación.
El declive en las tasas de vacunación abre las puertas a brotes de enfermedades que en algún momento se pensó que habían quedado atrás, aseguran los expertos. Destacan un caso de poliomielitis paralítica reportado el año pasado en Nueva York, así como brotes recientes de sarampión en Minnesota y Ohio.
Estos brotes coinciden con información anecdótica y de sondeos que deja entrever que cada vez hay más pacientes que cuestionan las bases de las vacunas pediátricas que durante mucho tiempo han sido vistas como una historia de éxito en materia de salud pública.
Una encuesta realizada por Kaiser Family Foundation el mes pasado reveló que hay menor apoyo de los padres a los requerimientos de vacunación escolar en relación con un sondeo de 2019.
“Es increíble. Hay mucho por hacer”, dijo el doctor Jason Newland, pediatra en enfermedades infecciosas en el Hospital Infantil de San Luis y vicepresidente de salud comunitaria en la Universidad de Washington.
Otros médicos le han dicho que cada vez más padres son selectivos sobre las vacunas que administran a sus hijos. Los datos de los CDC así lo reflejan: La tasa de vacunación contra la varicela cayó más bruscamente que la de las vacunas contra el sarampión, las paperas y la rubéola.
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